El voto de los mayores

CARTA DEL PRESIDENTE
Dpto. Comunicación SECOT

 

 

Nadie duda del peso electoral de la poblacin mayor. Sobre un volumen total de electores de 36,5 millones aproximadamente, los mayores de 65 aos suponen en Espaa alrededor de un 25% de los votos posibles. Algunos hablan de gerontocracia o de la importancia del "voto de los pensionistas" en la balanza electoral. Yo no creo que podamos hablar aqu de gerontocracia (literalmente el poder de los viejos) por tres razones. Primera, porque los seniors a diferencia de lo que ocurre en la Iglesia o lo que suceda en la antigua URSS apenas estn representados entre los candidatos. Peinar canas no se lleva en poltica y los que las tienen se las tien para quitarse aos. Segunda porque no tenemos, a diferencia de otros pases, partidos formados prioritariamente por viejos para defender sus intereses. Tercera porque los mayores tienen voto, pero apenas voz. Los partidos mayoritarios les hacen algn guio ocasional, pero ni les prestan demasiada atencin, ni favorecen la inestimable contribucin que podran hacer al conjunto de la sociedad. A veces me pregunto si todos los partidos polticos que tienen sus generaciones de jvenes, por qu no tienen tambin sus agrupaciones de mayores.

Ahora bien, el que no podamos caracterizarnos como una gerontocracia, no resta importancia al voto senior que va a ir adquiriendo cada vez ms importancia porque los mayores votan ms que los jvenes y porque vamos a tener ndices de envejecimiento crecientes (dentro de 15 aos habr 3 millones ms de viejos). Quien quiera el voto de los seniors tendr que ganrselo definiendo para ellos polticas de envejecimiento activo y medidas dignas que atiendan sus necesidades. No solo habr que enfrentar el desafo de las pensiones y el del gasto sanitario sino el de otras necesidades sociales y asistenciales, incluso el del ocio. Los partidos mayoritarios, beneficiarios principales del voto de los viejos, no pueden dormirse en la creencia de que ese voto mayor es casi un sufragio cautivo. De hacerlo as, corren el peligro de perderlo.